La ansiedad en un principio, es beneficiosa para el ser humano. Actúa como un mecanismo de defensa, o como una alarma en nuestro cuerpo, que se activa cuando percibe un peligro que pude ser real o imaginario.
Por ejemplo: imaginemos que vamos en una excursión viendo animales salvajes en libertad y, de repente, un león se acerca hacía a ti a gran velocidad. Gracias a tenemos esa señal de “alarma”, la ansiedad se dispara en nuestro cuerpo para avisarnos de que un peligro real se acerca. El corazón bombea más deprisa enviando sangre a los músculos para poder luchar o huir, pero no quedarnos inmóviles.
En este caso, la ansiedad es aliada y nos ayuda a poder sobrevivir.
Lo complicado viene cuando esa “alarma” se activa en la misma intensidad y con los mismos síntomas cuando el peligro que tenemos delante no es un peligro real.
Por ejemplo; una entrevista de trabajo, un examen, o nuestros propios pensamientos.
En este caso, los síntomas nos generan sensaciones muy desagradables ya que, el peligro no es proporcional a la intensidad de mis síntomas.
¿Cómo trabajo la
ansiedad en terapia?
La ansiedad puede trabajarse de diferentes maneras en función de la rama psicológica con la que cada profesional trabaje. En las sesiones y tipo de terapia que yo realizo, trabajamos la ansiedad mediante las técnicas que más eficacia empírica han demostrado tener, para conseguir eliminar o reducir esa ansiedad de manera exitosa..
Estas técnicas son:
La terapia de exposición a aquello que nos genera ansiedad.
La modificación de pensamientos ansiógenos que tenemos en esas situaciones (tanto antes del evento, como durante, como después).
Cómo en todos los problemas psicológicos con los que trabajo en consulta, las tareas para casa y en consulta son fundamentales también aquí, para el éxito de la misma.