La tristeza es una de nuestras emociones primarias y que, en varios momentos de nuestra vida, hemos sentido de manera más o menos intensa.
La expresión más sana y necesaria de la tristeza, es el llanto, pero en muchas ocasiones, alguien con buena intención nos dice: “No llores”, sin ser consciente de que con esa petición está censurando la expresión adecuada y sana de mi tristeza.
En terapia es importante abordar y trabajar la tristeza que muchas/os de mis pacientes sientes ante determinadas situaciones que no saben gestionar, o tristezas anteriores que nunca llegaron a expresar; bien sea porque son hombres y no se les estaba permitido, o bien sea porque se les considera débiles, flojas/os, o se censuraba su expresión.
Lo primero para poder trabajar desde una emoción, es conocer a emoción y saber identificarla, es decir, saber nombrarla, etiquetarla y no confundirla con otra.
“Sé que esto que siento es tristeza y no frustración”
En caso de que tengas dificultades para expresar esta emoción, puedes ponerte en contacto conmigo y nos pondremos manos a la obra con las tareas para casa y en consulta.